Una importante empresa regional de Telecomunicaciones decidió optimizar su proceso de despliegue de redes, la principal línea en su presupuesto anual de Capex (tanto de mantención como de crecimiento). El ámbito del proyecto fue Colombia, Perú y Chile. El despliegue de redes se ejecutaba a través de contratistas que realizaban las instalaciones en los suscriptores finales (hogares y empresas).
Se levantaron en terreno las prácticas de instalación en cuanto a tiempos, participación de personal técnico y uso de materiales y como estas prácticas variaban, por contratista, sector de la ciudad (se georeferenció la data) y tipología del suscriptor final. Se estandarizó la utilización de materiales y horas hombre necesarios para una instalación tipo (un kit estándar). Se estableció un sistema de incentivos (premios/castigos) a los contratistas para que por ejemplo una instalación realizada con menos materiales que los especificados en el kit estándar significara un premio al contratista. Para lo anterior fue necesario hacer pilotos de la mano de los contratistas y demostrarles que el “best in class” podía lograr consumos inferiores a los promedios de los consumos históricos. Se armó un esquema de compra de los principales materiales en los kits estándar que era finalmente vendido por el cliente a sus contratistas, logrando economías de volumen, el resto de los materiales eran adquiridos directamente por cada contratista.
Finalmente, se armó un tablero de control para hacer seguimiento de las reducciones de costo obtenidas, que resultaron ser de un 18%, y para calcular los incentivos logrados por cada contratista. La reducción del capex por suscriptor, permitió además expandir la red a suscriptores que de otra manera habrían sido no rentables.